Tras confirmar previamente que iban a ser entregadas exclusivamente a compatriotas se hizo efectiva la entrega en la Parroquia de Santa Teresa de la capital hispalense.
Las señoras, pertenecientes a la comunidad parroquial, a las que entregamos los alimentos manifestaron que ojalá hubiese más jóvenes españoles como nosotros.
¿Por qué únicamente a españoles? Por varios motivos. El primero y más importante, es que se trata de nuestra propia gente y por tanto es prioritaria su atención. El segundo,
que tampoco es baladí, es que los inmigrantes se favorecen de sus propias asociaciones, exclusivas para ellos de forma exclusiva y al mismo tiempo, de las organizaciones
caritativas genéricas como Cáritas o el Banco de Alimentos, por lo que el español de pura cepa está claramente discriminado y en franca desventaja frente a los invasores.
Incluso hemos confirmado lamentablemente que los extranjeros pueden quedarse hasta varios meses en bastantes albergues, mientras que los pobres españoles únicamente
pueden estar 3 míseros días. A esta situación hemos llegado, a ser considerados extranjeros en tu propia tierra, con este maldito racismo antiespañol que hoy impera, y mientras
miles de españoles van diariamente al paro, inmigrantes esquiroles contratados por explotadores sin escrúpulos siguen usurpando sus puestos de trabajo.
La otra noche mientras colocábamos propaganda en pro de una muy necesaria HUELGA GENERAL ante la crisis nefasta y la más nefasta ¿gestión? del desgobierno zatapé, nos
encontramos con un indigente que no dudó ante nuestra pregunta sobre su nacionalidad, en contestar inmediatamente que era ESPAÑOL. Mantuvimos una breve conversación y
nos narró su dramática historia, acto seguido le dimos un poco de dinero. Son cosas que te llenan de indignación el ver como compatriotas están totalmente desamparados,
mientras que los banqueros y politiquillos a su servicio viven viciosamente malgastando el producto nacional.
Esta crisis está comenzando, y la debacle aún está por venir. Nuestra doctrina nacionalista social es una doctrina de hacer frente a los malos momentos con determinación y empuje,
como se ha demostrado en la Historia. Se acercan los tiempos de revueltas sociales y conflictos en las calles, por lo que estemos alerta, camaradas…