Los días 1 y 2 de este mes de Abril, la Delegación madrileña del Movimiento Social Republicano estuvo con ellos en su improvisado campamento frente al palacio presidencial. Les brindó apoyo, les llevó víveres y tuvo la ocasión de entrevistarles.
MSR – José y Antonio, habéis andado más de 800 kilómetros desde Barcelona a Madrid para acabar apostados frente al Palacio de La Moncloa. ¿Cómo surgió esta idea?
José – Todo empezó al no poder acceder a las ayudas que el Estado y los medios de comunicación habían publicitado, esas ayudas que el Estado ha dado a los bancos y que los bancos deberían dar a la gente. Ante la imposibilidad de solucionar nuestros problemas económicos, Antonio y yo nos colgamos de una grúa a 30 metros del suelo con una pancarta reivindicativa. Este acto sólo sirvió para que acabásemos en comisaría, pero, lejos de darnos por vencidos, decidimos hacer algo que llamase más la atención de la gente.
La idea de venir a La Moncloa surgió el día en que Antonio acudió a su sucursal del banco BBVA para solicitar una de las ayudas anunciadas por Zapatero; el director del banco, como negativa a la concesión del crédito, contestó irónicamente: “ve a La Moncloa y se lo pides tú mismo”. Y aquí estamos.
El hecho de venir andando es simbólico. Dado que el sistema capitalista, los bancos, nos dejan sin nada, los únicos medios que tenemos para llegar a La Moncloa son nuestros pies.
MSR – En tu caso, Miguel, ¿por qué decidiste unirte a la protesta?
Miguel - Me encontré en la misma situación que mis compañeros. Cuando fui a pedirle ayuda a la alcaldesa de la localidad donde vivo, que es del PSOE, ella me preguntó por quién había votado yo en las elecciones municipales. Yo no voté, y así se lo dije. Entonces ella me contestó que fuese a pedirle la ayuda a quien yo hubiese votado.
Decidí sumar mi apoyo a esta iniciativa y también yo vine caminando desde Barcelona, pero a mitad de recorrido a mí me recogió un camión y me trajo a Madrid.
MSR - ¿Qué esperáis conseguir con esta protesta?
José – No te voy a engañar; ya lo he comentado en otras ocasiones. En un principio esto era una protesta por una situación personal de Antonio y mía. Sin embargo, a lo largo del camino, fuimos conociendo mucha gente y nos implicamos con ellos. Buscábamos ayuda y al final resultó que nos convertimos en el apoyo de muchas personas: sin quererlo nos vimos como portavoces de una situación que viven millones de personas en España.
No queremos que se nos resuelva a nosotros la papeleta, sino que las actuaciones que supuestamente se están llevando a cabo sean veraces; que los políticos dejen de salir en los medios de comunicación con su sonrisa diciendo que van a ayudar a las familias y los trabajadores... ¡mentiras!; que realmente esas ayudas, si existen, lleguen a quien tienen que llegar; y si no existen, que den la cara y reconozcan que nos han engañado, cosa que es muy difícil.
MSR - ¿Cuánto tiempo lleváis de protesta?
José – Si contamos desde el día en que salimos de Barcelona, llevaríamos cuarenta y tres días: veintitrés de camino y otros veinte que llevamos aquí, en este pequeño “chalet”.
MSR – Y en estos veinte días que lleváis frente a La Moncloa, ¿os ha atendido alguien del palacio?
José – Dos personas, y para reconocer veladamente que nos están engañando a todos, pero que si nos mienten es porque el Gobierno hace lo que debe hacer: ocultar la verdadera situación para no crear alarma social.
Y por eso seguimos aquí, para que no se engañe a la gente y que la sociedad despierte un poco, que salga a la calle y reclame lo que es suyo. Todo el dinero que han estado arrancando a los obreros durante años, en algún sitio tiene que estar y es nuestro, ¡que vuelva a quien se lo ha ganado!.
MSR – Y a vosotros, ¿os acusan de crear alarma social?
José – Sí, básicamente. - «Oye, ya habéis conseguido lo que queríais» - o, en otras palabras, “ya habéis molestado bastante”. - «Recoged las cosas y marchaos».
MSR – Hay quien os ha insinuado que servís a la oposición.
José – Sí, que veníamos por alguna otra entidad, o bien por el PP o por algún sindicato incluso, que éstos son para darlos de comer aparte.
Estamos asqueados de todo este tipo de situaciones. Si mis compañeros o yo perteneciésemos a la oposición o algo parecido, estaríamos aquí pero tendríamos nuestro chalet en La Moraleja, y de aquí nos iríamos para allí a dormir. No es nuestra situación. Nosotros estamos en el paro, en la puta calle, y quienes escuchen o lean esta entrevista que se lo piensen, porque también tienen la cosa un poco jodida en el futuro.
MSR – Háblanos de tu experiencia en los sindicatos, José.
José – Yo era delegado sindical, lo que podría haberme evitado el despido, pero me asqueé de la situación. 50 compañeros míos iban a ser despedidos de la empresa; los representantes de los sindicatos mayoritarios estaban “dándose besitos” con el empresario y vi claro que ninguno de los representante de los trabajadores pintábamos ya nada en la negociación. Los sindicatos lucharon no para evitar el despido, sino para que la empresa pagase dinero por cada finiquito. ¿A quien? Pues a los propios sindicatos, en concepto de abogados para los despedidos. ¿Acaso la cuota que pagaban religiosamente los afiliados no cubría dichos gastos? Y después, ¡que organicen los sindicatos una huelga!: con lo que se ahorra el empresario en los sueldos de los huelguistas, paga las peticiones de los sindicatos.
El que hoy en día esté en un sindicato o comité, o asume la situación de vendido y mercenario o se está engañando.
Yo acabé muy cabreado, dejé el tema sindical, lo que me dejó con el culo al aire, y así he acabado aquí.
MSR – ¿Crees que los sindicatos actuales son sólo entes de gestión completamente alejados de su original espíritu reivindicativo y revolucionario?
José – Yo no sé si soy un verdadero sindicalista. Sólo creo que tengo clara la situación. En los últimos diez o doce años, el sueldo de cualquier ejecutivo, cualquier directivo o cualquier elemento gubernamental ha subido alrededor de un 54%, mientras que el sueldo de cualquier obrero ha subido como mucho un 2,5% o un 3% en el mismo tiempo. El obrero no puede disfrutar ni del provecho de su trabajo. Así de simple.
MSR - ¿Tenéis familia? ¿En qué situación están ellos? ¿Cómo os sentís por el hecho de llevar tantos días alejados de ellos y sin que los políticos, por desidia o desinterés, hayan propuesto ninguna solución que llevar a casa?
José – Yo te comento mi caso. Yo tengo familia: dos hijas e incluso dos nietos. ¿Cómo lo llevamos? Pues de aquella manera. Mis padres están jubilados, han trabajado toda su vida. Lo que no pueden pretender es que yo ahora vuelva a depender de mis padres, teniendo yo ya cuarenta y cinco años, ¡que bastante poco les ha quedado para lo que se merecen tras llevar toda una vida trabajando!. No pueden hacerse cargo otra vez de su hijos, nietos...
Mi padres al principio no entendían bien la protesta, como personas mayores que son, con sus vivencias particulares. Tras hablar con ellos e ir informándolos, me apoyan bastante, lo comprenden. Mi hija pequeña es todavía joven, pero la mayor también me está apoyando mucho. Su marido está también con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo). Estamos todos un poco igual.
Antonio – Las palabras que ha dicho José son las mismas que yo te diría. Respecto a la familia, vivo en Barcelona desde hace 5 años. Hace poco que me separé de mi pareja y vivo solo. Toda mi familia vive en Murcia y parte de ella no está de acuerdo con que haga esto, aunque me apoyan porque están viviendo lo mismo que yo.
Quisiera decir a todo aquel que busca un segundo empleo que el problema está en su sueldo, porque ese empleo debería ser para otra persona. Hay que intentar que el sueldo aumente para no necesitar hacer horas extras; para que haya más empleo, nuevos contratos para otras personas; que se trabaje para vivir y no se viva para trabajar.
Los grandes empresarios hunden a la pequeña y mediana empresa, a las familias... indistintamente del partido que esté en el gobierno, se aprovechan de nosotros.
Y el gobierno no sé dónde está metiendo esos fondos públicos, no aparecen por ningún sitio. Me gustaría que nos diesen respuesta sobre esto. Nuestras deudas se acumulan, los intereses se acumulan, y el día de mañana, ¿quién los va a poder pagar?
José - ¿El día de mañana? Llevamos toda una vida pagándolos.
Antonio – Las ayudas con dinero público van a los bancos pero de los bancos no salen. ¿Existen? Muchas palabras bonitas, mucha cara bonita, mucha sonrisa... ¡pero no se ve ninguna solución!. Acercaos a un comedor social y mirad la cantidad de familias que hay allí porque no tienen dinero para poner un plato de sopa sobre la mesa, que es lo más barato que hay.
Miguel – Yo estoy como mis compañeros. Tengo mi familia, estoy arruinado, no me apoya nadie...
MSR – Lo que en principio fue una iniciativa por motivos personales os ha convertido en representantes de un sentir en la ciudadanía. ¿Qué esperáis de la gente? ¿Qué tipo de apoyo se os puede dar?
José – Si realmente sienten que somos portavoces de una causa, protestando por una situación que está afectando a millones de personas y que cada día afectará a más, lo único que esperamos es un apoyo, nada más. No aceptamos dinero, sólo deseamos más voces gritando juntas frente a La Moncloa.
Por otra parte, el apoyo está viniendo. A nosotros no nos ha faltado comida, no nos está faltando de nada, pero estaría bien que dentro del palacio viesen que el malestar es general. Que la gente no se vaya al paro y se dedique a ver la televisión en casa y a esperar. La situación nos afecta a todos.
MSR – Daremos difusión a vuestras reivindicaciones desde nuestros medios. Muchas gracias por atendernos. ¿Algo que añadir para finalizar?
José – Sólo quería aclarar, como Antonio antes ha apuntado, que nosotros no manifestamos nada político ni sindical; no tomamos parte por ningún partido, estamos desvinculados de ellos. Estaríamos aquí independientemente de quien fuese el inquilino del palacio de La Moncloa. Somos ciudadanos de a pie que sufrimos las consecuencias de la crisis, que hemos abierto los ojos y hemos pedido cuentas sobre lo que está pasando. Queremos que no se nos engañe, que no se nos digan tonterías sobre ayudas que van a llegar pero que, en realidad, nunca llegan. Sólo esperamos que la gente nos apoye. Muchas gracias.
Acampados frente a La Moncloa siguen estos tres valientes trabajadores, bajo presiones crecientes desde el palacio para que abandonen su protesta. Mientras, los bancos siguen acosándolos, y han recibido incluso las cartas de deshaucio por el impago de las asfixiantes hipotecas.
Tal vez algún día escriban las memorias de su viaje. Esperemos que tengan final feliz... las suyas y las de otros tantos millones de trabajadores españoles que tendremos que hacer frente a la peor crisis económica de la historia de nuestro país.
MSR – Hay quien os ha insinuado que servís a la oposición.
José – Sí, que veníamos por alguna otra entidad, o bien por el PP o por algún sindicato incluso, que éstos son para darlos de comer aparte.
Estamos asqueados de todo este tipo de situaciones. Si mis compañeros o yo perteneciésemos a la oposición o algo parecido, estaríamos aquí pero tendríamos nuestro chalet en La Moraleja, y de aquí nos iríamos para allí a dormir. No es nuestra situación. Nosotros estamos en el paro, en la puta calle, y quienes escuchen o lean esta entrevista que se lo piensen, porque también tienen la cosa un poco jodida en el futuro.
MSR – Háblanos de tu experiencia en los sindicatos, José.
José – Yo era delegado sindical, lo que podría haberme evitado el despido, pero me asqueé de la situación. 50 compañeros míos iban a ser despedidos de la empresa; los representantes de los sindicatos mayoritarios estaban “dándose besitos” con el empresario y vi claro que ninguno de los representante de los trabajadores pintábamos ya nada en la negociación. Los sindicatos lucharon no para evitar el despido, sino para que la empresa pagase dinero por cada finiquito. ¿A quien? Pues a los propios sindicatos, en concepto de abogados para los despedidos. ¿Acaso la cuota que pagaban religiosamente los afiliados no cubría dichos gastos? Y después, ¡que organicen los sindicatos una huelga!: con lo que se ahorra el empresario en los sueldos de los huelguistas, paga las peticiones de los sindicatos.
El que hoy en día esté en un sindicato o comité, o asume la situación de vendido y mercenario o se está engañando.
Yo acabé muy cabreado, dejé el tema sindical, lo que me dejó con el culo al aire, y así he acabado aquí.
MSR – ¿Crees que los sindicatos actuales son sólo entes de gestión completamente alejados de su original espíritu reivindicativo y revolucionario?
José – Yo no sé si soy un verdadero sindicalista. Sólo creo que tengo clara la situación. En los últimos diez o doce años, el sueldo de cualquier ejecutivo, cualquier directivo o cualquier elemento gubernamental ha subido alrededor de un 54%, mientras que el sueldo de cualquier obrero ha subido como mucho un 2,5% o un 3% en el mismo tiempo. El obrero no puede disfrutar ni del provecho de su trabajo. Así de simple.
MSR - ¿Tenéis familia? ¿En qué situación están ellos? ¿Cómo os sentís por el hecho de llevar tantos días alejados de ellos y sin que los políticos, por desidia o desinterés, hayan propuesto ninguna solución que llevar a casa?
José – Yo te comento mi caso. Yo tengo familia: dos hijas e incluso dos nietos. ¿Cómo lo llevamos? Pues de aquella manera. Mis padres están jubilados, han trabajado toda su vida. Lo que no pueden pretender es que yo ahora vuelva a depender de mis padres, teniendo yo ya cuarenta y cinco años, ¡que bastante poco les ha quedado para lo que se merecen tras llevar toda una vida trabajando!. No pueden hacerse cargo otra vez de su hijos, nietos...
Mi padres al principio no entendían bien la protesta, como personas mayores que son, con sus vivencias particulares. Tras hablar con ellos e ir informándolos, me apoyan bastante, lo comprenden. Mi hija pequeña es todavía joven, pero la mayor también me está apoyando mucho. Su marido está también con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo). Estamos todos un poco igual.
Antonio – Las palabras que ha dicho José son las mismas que yo te diría. Respecto a la familia, vivo en Barcelona desde hace 5 años. Hace poco que me separé de mi pareja y vivo solo. Toda mi familia vive en Murcia y parte de ella no está de acuerdo con que haga esto, aunque me apoyan porque están viviendo lo mismo que yo.
Quisiera decir a todo aquel que busca un segundo empleo que el problema está en su sueldo, porque ese empleo debería ser para otra persona. Hay que intentar que el sueldo aumente para no necesitar hacer horas extras; para que haya más empleo, nuevos contratos para otras personas; que se trabaje para vivir y no se viva para trabajar.
Los grandes empresarios hunden a la pequeña y mediana empresa, a las familias... indistintamente del partido que esté en el gobierno, se aprovechan de nosotros.
Y el gobierno no sé dónde está metiendo esos fondos públicos, no aparecen por ningún sitio. Me gustaría que nos diesen respuesta sobre esto. Nuestras deudas se acumulan, los intereses se acumulan, y el día de mañana, ¿quién los va a poder pagar?
José - ¿El día de mañana? Llevamos toda una vida pagándolos.
Antonio – Las ayudas con dinero público van a los bancos pero de los bancos no salen. ¿Existen? Muchas palabras bonitas, mucha cara bonita, mucha sonrisa... ¡pero no se ve ninguna solución!. Acercaos a un comedor social y mirad la cantidad de familias que hay allí porque no tienen dinero para poner un plato de sopa sobre la mesa, que es lo más barato que hay.
Miguel – Yo estoy como mis compañeros. Tengo mi familia, estoy arruinado, no me apoya nadie...
MSR – Lo que en principio fue una iniciativa por motivos personales os ha convertido en representantes de un sentir en la ciudadanía. ¿Qué esperáis de la gente? ¿Qué tipo de apoyo se os puede dar?
José – Si realmente sienten que somos portavoces de una causa, protestando por una situación que está afectando a millones de personas y que cada día afectará a más, lo único que esperamos es un apoyo, nada más. No aceptamos dinero, sólo deseamos más voces gritando juntas frente a La Moncloa.
Por otra parte, el apoyo está viniendo. A nosotros no nos ha faltado comida, no nos está faltando de nada, pero estaría bien que dentro del palacio viesen que el malestar es general. Que la gente no se vaya al paro y se dedique a ver la televisión en casa y a esperar. La situación nos afecta a todos.
MSR – Daremos difusión a vuestras reivindicaciones desde nuestros medios. Muchas gracias por atendernos. ¿Algo que añadir para finalizar?
José – Sólo quería aclarar, como Antonio antes ha apuntado, que nosotros no manifestamos nada político ni sindical; no tomamos parte por ningún partido, estamos desvinculados de ellos. Estaríamos aquí independientemente de quien fuese el inquilino del palacio de La Moncloa. Somos ciudadanos de a pie que sufrimos las consecuencias de la crisis, que hemos abierto los ojos y hemos pedido cuentas sobre lo que está pasando. Queremos que no se nos engañe, que no se nos digan tonterías sobre ayudas que van a llegar pero que, en realidad, nunca llegan. Sólo esperamos que la gente nos apoye. Muchas gracias.
Acampados frente a La Moncloa siguen estos tres valientes trabajadores, bajo presiones crecientes desde el palacio para que abandonen su protesta. Mientras, los bancos siguen acosándolos, y han recibido incluso las cartas de deshaucio por el impago de las asfixiantes hipotecas.
Tal vez algún día escriban las memorias de su viaje. Esperemos que tengan final feliz... las suyas y las de otros tantos millones de trabajadores españoles que tendremos que hacer frente a la peor crisis económica de la historia de nuestro país.