Las propias luchas internas entre moderados y radicales de la izquierda y la anarquía reinante en las calles acabo con el propio régimen republicano. La quema de iglesias, el asesinato de falangistas, requetes y de gente de la derecha, asi como, la ilegalización de la Falange -que el Tribunal Supremo anulo-, la detención ilegal de José Antonio Primo de Rivera y la muerte del diputado monárquico José Calvo Sotelo, a manos de la propia policía, fueron razones sobradas para el golpe cívico-militar del 18 de Julio de 1936. La república no es patrimonio de la izquierda, como tampoco lo es la libertad, la justicia social o el ecológismo, ojala, algún día España sea una República Nacional y Social, pero nuestra misión prioritaria en estos momentos, no es decidir entre monarquía o república. Hoy, nuestro deber es dar respuesta a los problemas que impiden a los ciudadanos españoles tener una vida digna, trabajo, justicia, seguridad, paz y libertad, que no es poco lo que tenemos que hacer.