Casi a diario personas como Otegui, su entorno y por supuesto la asesina intolerancia de ETA, dejan sangre, dolor, vergüenza, miedo y odio, la izquierda abertzale es acicateada por este tipo de personas y luego producen destrozos en las calles. Y decir la verdad nunca fue delito, hasta ahora.
Nuestra total repulsa a las acciones represivas del sistema mediante multas que resten capacidad de acción a quien piensa de otra forma a la que se desea por parte de la clase gobernante.
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