El Grupo Parlamentario Socialista ha presentado en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley en la que insta al Gobierno a que promueva las actuaciones necesarias para reforzar los vínculos económicos, sociales y culturales con las poblaciones del Magreb y de Africa subsahariana descendientes de los moriscos expulsados de España en el siglo XVII.
Coincidiendo con el IV centenario de la efeméride, el diputado socialista José Antonio Pérez Tapias ha defendido en un comunicado que esas actuaciones vayan acompañadas “del reconocimiento institucional de la injusticia que en su día se cometió con los moriscos expulsados de España”.
Para el diputado, es necesario fomentar los vínculos y el reconocimiento hacia una comunidad que sufrió una “injusticia histórica por la intolerancia religiosa, la política de asimilación plasmada en el dilema de o conversión o exilio, el resentimiento de la población cristiana y la pretensión de configurar un reino integrado en la cristiandad sin minorías que llevaran a poner en duda su supuesta cohesión”.
Pérez Tapias, quien considera que la propuesta del PSOE responde a “un acto de memoria y a un ejercicio de responsabilidad con los descendientes y herederos culturales de la tragedia”, señaló que el PSOE pretende así recuperar la memoria histórica de un pueblo sometido a una “convivencia negada”, así como sacar conclusiones para el futuro y fomentar la conciencia ciudadana sobre las consecuencias de “la intolerancia, el fanatismo, el racismo sociocultural o simplemente la fuerza de peligrosos prejuicios enquistados en el imaginario social”.
Reino de Granada
El socialista consideró además que otra gran conmemoración como el Milenio del Reino de Granada no puede prescindir de este importante capítulo, “uno de los más terribles exilios en toda la historia España”, ya que se saldó con el destierro de unas 300.000 personas. Así, el ejercicio colectivo de la memoria ha de tener continuidad para que se establezcan “nuevos lazos entre la España de hoy y los descendientes de aquellos que nunca debieron verse obligados a abandonar su tierra”, subrayó Pérez Tapias.
El 9 de abril de 1609 el rey Felipe III, a instancias del Duque de Lerma, firmó el decreto de expulsión, y esa fecha señala el final de la presencia en España de la minoría andalusí de religión musulmana que había permanecido en sus diferentes reinos bajo la soberanía de sus respectivos monarcas cristianos. No obstante, el comienzo del fin de esa presencia se fechó antes, en 1499, cuando tras la conquista de Granada se consagró el incumplimiento de las capitulaciones firmadas por los Reyes Católicos en 1492 desde que el Cardenal Cisneros promueve la conversión forzosa de los moriscos granadinos.
¡ESTO ES ESPAÑA!
¡NO PEDIREMOS PERDÓN POR NUESTRA HISTORIA!
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