Acebes y Michavila prácticamente están retirados de la política, apenas aparecen por el Congreso, pese a lo cual han conseguido de Comisión del Estatuto del Diputado el visto bueno para compaginar los sueldos privados con el salario público de casi 5.000 euros que cobran como diputados. Acebes ejerce como letrado en Madrid y además es miembro del consejo de administración de Cibeles, un holding financiero del grupo Caja Madrid. Michavila por su parte además de ejercer como abogado, también dirige la firma Michavila y De Fernando Family Office, una especie de banca privada dedicada a gestionar los patrimonios de familias ricas.
El otro lado de la moneda lo representan los 4 millones de parados que no pueden contar ni con un mísero salario. Hombre, de nacionalidad española, menor de 30 años y con estudios básicos, según un análisis realizado por la empresa de trabajo temporal Randstad, es el perfil tipo del desempleado en España.
En estos tiempos de crisis no deja de resultar poco edificante el ejemplo de nuestros políticos, que acaparan ingresos sin rubor alguno. Suponemos que tanto a Acebes como a Michavila no les importa tanto los ingresos como diputados que mantener su condición y prestigio como autoridades del Estado. Pero hombre, en todo caso podrían tener el gesto de donar su sueldo público íntegramente a una institución de beneficencia. Quedarían mucho mejor
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