En primer lugar, podemos comprobar que Turquía, a pesar de algunos gestos ante todo simbólicos, no respeta hoy ninguno de las cuatro condiciones fijadas sobre su adhesión.
1.- El respeto de los derechos de las minorías y la igualdad de los ciudadanos, cualquiera que sea su origen o su religión.
Las leyes turcas preven que los cristianos y los judíos sean considerados como ciudadanos de segunda. Para acceder a cargos de responsabilidad, es necesario abrazar la religión musulmana e islamizar su nombre. La pertenencia religiosa siempre es inscrita sobre el pasaporte turco.
Los kurdos siempre son vejados. La única televisión kurda emite desde Bélgica, país que sufre regularmente las presiones turcas para el cierre de la estación. Leyla Zana, exdiputada kurda, fue condenada a quince años de prisión por haber hablado en kurdo en la ceremonia inaugural del Parlamento turco en 1993.
Los asirio-caldeos, los primeros cristianos, cuyos numerosos pueblos han sido aniquilados durante las operaciones de represión de los kurdos, ni siquiera son reconocidos.
2.- La resolución pacífica de la cuestión chipriota
Esta cuestión esta lejos de ser solucionada.
3.-. El respeto de los derechos del hombre
La influencia islamista, creciente sobre la vida turca política y social, amenaza más que nunca las tímidas reformas que el ejército puso en marcha.
4.- El reconocimiento del genocidio armenio:
Podemos hablar de un verdadero revisionismo turco sobre el genocidio armenio:
El genocidio arménio siempre no ha sido reconocido, incluido en los lugares de cultura como las escuelas y las universidades. El reconocimiento de los errores y los crímenes del pasado es sin embargo un signo esencial de la madurez democrática de una sociedad. Es revelador plantearse la cuestión de saber por qué Turquía se niega, tan obstinadamente y contra toda evidencia, a reconocer el genocidio arménio. Desde un punto de vista histórico y político, el genocidio arménio íntimamente esta vinculado a la fundación del kémalisme. La razón es que el mito del kémalisme y la legitimidad del ejército se encontrarían puestos en duda. El reconocimiento del genocidio arménio pues sería el simbólo de la voluntad de Turquía de romper con su pasado militarista para volverse resueltamente hacia una democratización efectiva..
Los empeños tomados en el pasado fueron frente a una Turquía kémaliste que estaba por la buena vía. Pero la Turquía actual, en vías de réislamizacion, levanta nuevas cuestiones y plantea nuevos problemas. Europa jamás aceptó la adhesión de España franquista. ¿ Por qué debería aceptar la adhesión de un país codirigido por un ejército golpista y nacionalista y un partido islamista?
Turquía desempeñó un papel positivo durante la guerra fría, pero el contexto estratégico cambió radicalmente. Hoy la apuesta es la guerra contra el terrorismo islamista. En este contexto, la entrada de Turquía en el espacio de circulación libre de Schengen es una perspectiva inquietante, teniendo en cuenta que el hecho de que Turquía comparte fronteras con Siria, Iraq, Irán, el Cáucaso (Chechénia), etc…
ARGUMENTOS INSTITUCIONALES PARA UN NO A TURQUÍA :
El equilibrio y el funcionamiento de la Unión Europea
Es ya extremadamente difícil de hacer funcionar Europa. Sería todavía más difícil sin duda alguna de organizar la coexistencia con un país como Turquía cuya cultura política es muy diferente de los países europeos.
La adhesión de Turquía rompería los equilibrios internos de la Unión Europea y provocaría dificultades graves en los Estados miembros.
Con más de 65,9 millones de habitantes en 1999, su población se dobló entre 1960 y 1990, sería uno de los Estados más importantes en el seno de la Unión Europea. Con un ritmo de nacimientos de 3,1 / 1000, en 2015, los turcos serán 100 millones (70 millones hoy). 1 de cada 5 europeos será turco.
Turquía contaría con más representantes en el Parlamento europeo que Francia o que Alemania. El país más importante de Europa sería musulmán.
Por lo menos, esto merece un verdadero debate, y que se plantee la cuestión de las consecuencias de este trastorno sin precedente.
ARGUMENTOS CULTURALES PARA UN NO A TURQUÍA :
El argumento central: la incompatibilidad política y cultural
Geográficamente y culturalmente, Turquía no pertenece al continente europeo.
Sólo el 10 % del territorio turco (la Tracia oriental o Turquía de Europa) está situado en Europa, el 90 % restantes- Anatolia-(o Turquía ásiatica), estan sobre el continente asiático.
Además, mientras que los Estados miembro de la Unión Europea están totalmente arraigados en la herencia grecolatina y la religión judeocristiana, Turquía esta compuesta en un 98 % de musulmanes que se divideN en diferentes minorías (Kurdos, árabes, etc.) .
ARGUMENTOS ECONÓMICOS PARA UN NO A TURQUÍA :
Efectos económicos
El PIB medio de Europa es de 21.000 euros / habitante. El de Turquía es 6.500. Si Turquía entra en la unión, podemos esperar una inmigración creciente y ayudas financieras de alcance considerable.
La aplicación de las disposiciones relativas a la circulación libre de los bienes, las personas, los servicios y los capitales, se traduciría en dos fenómenos mayores: de una parte, la llegada masiva de inmigrantes turcos a nuestro país y, por otra parte, de numerosas deslocalizaciones de empresas de España hacia Turquía.
Turquía es todavía un país esencialmente agrícola, cuya agricultura tiene un retraso importante sobre la de la Unión Europea. Con sus decenas de millones de agricultores que masivamente pueden acudir a las ayudas previstas por la Política Agrícola Común (PAC), y después del choque de la entrada de la agricultura de los países de Europa central y oriental, no hay duda que la adhesión de Turquía conduciría el PAC a la explosión presupuestaria, en detrimento de los agricultores y los contribuyentes europeos.
La principal motivación de la adhesión de Turquía es el acceso a los fondos europeos. Visto desde países menos avanzados, Europa parece como una fabulosa hucha.
ARGUMENTOS GEOESTRATÉGICOS PARA UN NO A TURQUÍA :
El islamismo
Europa no puede aceptar en su seno un país dirigido por islamistas, no haciendo distinción entra la esfera política y religiosa, y que preconiza la aplicación de la sharia.
Más aún, Al Quaida está presente en Turquía y en Azerbaijan, vía el enlace con Chechénia, que es hoy uno de los puntos neurálgicos de esta organización.
Desgraciadamente pudimos comprobar que el Gobierno islamista en Turquía no constituía de ninguna manera una muralla contra un terrorismo islamista con ocasión de LOS atentados perpetrados en Estambul en noviembre de 2003 contra dos sinagogas (63 muertes).
El panturquismo
Más allá de Turquía, el espacio turcofono (Turkemistan , Uzbekistan, etc) representa hoy más de 200 millones de turcofonos.
La política panturca, que se apoya en la noción de pueblo turco, preferentemente a una nación turca, es sostenida por todas las fuerzas políticas turcas. Conduce a Turquía a facilitar en lo posible los cambios con las diferentes “repúblicas” turcofonas, entre las que están Uzbekistan. De todos los movimientos islamistas del mundo musulmán, el movimiento islamista de la Uzbekistan es el más próximo a Al quaeda. Lo reivindica casi oficialmente.
Hay en este contexto un riesgo de efecto dominó venido de Asia Central que podría ser considerable y terriblemente problemático para Europa.
La conflictividad turca
La adhesión de Turquía arrastraría a la Unión Europea en los numerosos litigios en los cuales Turquía se bate, por su naturaleza nacionalista y militarista, por no decir belicosa. Turquía tiene numerosos puntos de litigios con sus vecinos, fronteras con Siria, respecto a los kurdos y respecto a el agua con Iraq, sin olvidar la cuestión de la ocupación de Chipre.
Extraído de www.minutodigital.com
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