Europa ahora nos llama, no el 7 de junio, sino en estos tiempos de traición y podredumbre, donde la clase política goza de los lujos que al pueblo le hacen llevar una existencia mísera y estéril, siempre vendida al mejor postor y aumentando su botín con los otrora recursos de los Estados.
Europa es diversa, es grande y mantiene su propia idiosincrasia gracias a aquellos que cayeron en las Termópilas,en Tours, Lepanto o Kosovo Polje. Pero hoy el enemigo no viene de fuera, está dentro como una enfermedad que nos debilita mediante nuestra división y el deficiente reparto de los recursos, haciéndonos permanecer impasibles mientras el tirano yankee-sionista oprime pueblos y saquea sus recursos sirviéndose de una población inculta y engañada.
Hoy, lejos del viejo esplendor, cuando el grito de “Patria y Socialismo” es más necesario que nunca, y atraviesa el viejo continente de norte a sur y de este a oeste, nos proponemos llevarlo a esa Europa de los mercaderes, de la usura y de los burócratas.
Tenemos derecho a ondear la vieja bandera del socialismo, y liberar nuestra patria política, que es Europa.
Tenemos el deber de marchar o morir.
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