España, 47 millones de habitantes, el 12% extranjeros, 5.600.000 de inmigrantes. Ya no es inmigración, esto es una invasión.
España ya ha alcanzado el 12% de inmigrantes respecto a la población total, pero a ese 12% habría que añadir a todos los inmigrantes ilegales no contabilizados y a aquellos inmigrantes que han obtenido la nacionalidad.
A este paso, si no logramos evitarlo, nuestra nación está condenada a perder por completo su identidad. Barrios enteros tomados por inmigrantes desvirtuan las ciudades y las tintan de un multiculturalismo que, lejos de ser enriquecedor como tratan de vendernos, destruye por completo nuestra ya dañada identidad como pueblo.
Con unas cifras alarmantes de españoles en paro, debemos competir en nuestra propia tierra con gente venida de fuera por un puesto de trabajo.
El número y gravedad de los delitos aumentan incontrolablemente mientras los gobernantes y medios de comunicación tratan de esconder la directa relación entre el aumento de estos y de la inmigración.
Esta es la España del 2009, y los próximos años no parecen que vayan a ser mucho mejor.
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