Un joven gaditano fue apuñalado en un costado, cerca de la plaza del castillo, donde se retransmitía el España Alemania. Un grupo de personas (por no darles otro nombre) increpó a la cuadrilla del muchacho por llevar la camiseta de la selección. Después de varios insultos (algunos como “españoles de mierda”) fueron atacados, según fuentes de la Policía recogidas en Diario De Navarra. Hay que decir que previamente, durante la primera parte del encuentro, una de las peñas pamplonesas irrumpía en plena plaza con banderas alemanas.
Y es que estos días los medios de comunicación nos han bombardeado con el fenómeno San Fermín-futbolero. Muchos son los que se han encomendado al santo para pedir un “capotico” para la selección nacional. Otros se emocionaban al mostrar banderas de España en las calles de nuestra ciudad como si hubiésemos ganado la batalla. Muy bonito, muy onírico y sobre todo muy patriótico.
Pero esto es Pamplona, y por mucho que durante 9 días tripliquemos nuestra población, sigue siéndolo. No se sabe quién ha sido; y si ha sido obra de los aguafiestas de siempre, son una pequeña minoría. Minoría que amedrenta la vida de muchos en nuestra tierra. Los que aún seguimos aquí bien lo sabemos. Y aunque en ocasiones se hace cuesta arriba, el trabajo y la lucha diaria, para poder de una vez por todas vivir en paz, no cesa.
San Fermín pasará, y con él el mundial, las banderas y el patriotismo. La gente volverá a sus lugares de origen y muchos navarros que estos días han podido “desempolvar” sus viejas banderas, regresarán a la cerrazón de sus casas. Es la historia de siempre.
A pesar de los sentimientos que pueden producir hechos tan despreciables como el apuñalamiento de este chico, hay que ir dejando el miedo a un lado. Mientras los patriotas de mundial y los políticos navarros se acurrucan en los rincones más oscuros de sus despachos, los de La Llama seguiremos en las calles.
Y es que estos días los medios de comunicación nos han bombardeado con el fenómeno San Fermín-futbolero. Muchos son los que se han encomendado al santo para pedir un “capotico” para la selección nacional. Otros se emocionaban al mostrar banderas de España en las calles de nuestra ciudad como si hubiésemos ganado la batalla. Muy bonito, muy onírico y sobre todo muy patriótico.
Pero esto es Pamplona, y por mucho que durante 9 días tripliquemos nuestra población, sigue siéndolo. No se sabe quién ha sido; y si ha sido obra de los aguafiestas de siempre, son una pequeña minoría. Minoría que amedrenta la vida de muchos en nuestra tierra. Los que aún seguimos aquí bien lo sabemos. Y aunque en ocasiones se hace cuesta arriba, el trabajo y la lucha diaria, para poder de una vez por todas vivir en paz, no cesa.
San Fermín pasará, y con él el mundial, las banderas y el patriotismo. La gente volverá a sus lugares de origen y muchos navarros que estos días han podido “desempolvar” sus viejas banderas, regresarán a la cerrazón de sus casas. Es la historia de siempre.
A pesar de los sentimientos que pueden producir hechos tan despreciables como el apuñalamiento de este chico, hay que ir dejando el miedo a un lado. Mientras los patriotas de mundial y los políticos navarros se acurrucan en los rincones más oscuros de sus despachos, los de La Llama seguiremos en las calles.
Maite Rodríguez para TdE
(Noticia en prensa: ABC, El Mundo, Diario de Navarra)
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